sábado, 2 de octubre de 2010

Travesuras muy peligrosas

El paso cansino del tren , con su locomotora que funcionaba a vapor, tal vez era lo único que rompía la monotonía de la soledad en nuestros campos; y llamaba sobremanera la atención de muchachones que vivían a la vera de esas vías.Un día a uno de ellos se le ocurrió atar sobre los rieles una o dos vueltas de alambre para ver que sucedía. Entonces...¡manos a la obra!....; a la hora de la siesta disimuladamente, comenzó a trasladar los elementos necesarios. Cuando ya estaba todo listo ¡a esconderse en los viznagales (yuyos) y a esperar el paso del convoy!, tras el ruido..no pasó nada, el tren siguió su marcha. Hay que intentarlo de nuevo, con más vueltas de alambre y otra vez pasó sin pena ni gloria,sólo fue un ruido un poco más fuerte y todos los hilos de alambre cortados.Bueno: a poner más empeño en la tarea. la meta era ver si el tren descarrilaba algunos vagones.Tarea mejor preparada, todos escondidos...¡el golpe fue fortísimo!; y el tren que se detiene y baja el maquinista, ellos aseguran que la altura de sus cuerpos no era superior a los 10 cm. y de respirar se habían olvidado. Despacio vuelve arrancar.... bueno ahora a relajarse a sus casas. Al llegar al patio el padre estaba observando, ¿que pasó con el tren que paró? (cosa que jamás hacia a esa altura del recorrido. Y sus pobres ANGELITOS que no vieron nada de nada!!!

¿no habrá sido demasiada arriesgada esa travesura?

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